13/9/09

Bastaron 9 meses para retroceder 5 años

La agrupación Contrahegemonía (integrante del TREN) ha difundido un mail acusando al Partido Obrero de lavarle la cara a la UES. Como pícaros polemistas, recurren al viejo truco de polemizar con una frase de un material político, obviando el verdadero debate planteado: ¿por qué la UES, luego de tres años de boicot a la organización de los estudiantes vuelve por el CENTRO?

A pesar de ser concientes del problema, Contrahegemonía se empeña por encubrir la realidad. Para esto, ha construido un mundo de fantasía en donde el Centro de Estudiantes que ellos dirigen desborda de participación e iniciativas. La realidad, sin embargo, es bien distinta.

Los que afirmaban tener la llave de la participación fueron los responsables del vaciamiento y la despolitización del Centro. Basta con echar una mirada a cada una de sus supuestas iniciativas para descubrir que no son suyas, o, en el mejor de los casos, si tenemos en cuenta que lo anterior es un robo, que son marginales. Desde este lugar sirve hacer valer la conquista de la revista teórica del centro de estudiantes, que no fue impulsada por Contrahegemonía, sino por las agrupaciones que impulsamos La COMUNA, que desde la dirección del Centro de Estudiantes de Filosofía garantizamos e impulsamos esta iniciativa. De más está decir que Contrahegemonía participó de varias de las campañas contra el golpe en Honduras, aunque lejos estuvo de pasar por algún curso convocando a las mismas. Ni que hablar del bar de MT del que tanto hablan; construido por OKTUBRE hace 3 años, junto a sus menúes estudiantiles al costo. El sorteo de becarios entra en la misma bolsa: fue la primera gran iniciativa de OKTUBRE para impedir que los espacios de administración quedaran en manos de los amigos de la conducción del Centro. Saludamos la "iniciativa" de Contrahegemonía de continuar con esta tradición, aunque a algunos les gustaría cobrar derechos de autor. Todo vale a la hora de hacer la campaña electoral, aunque sería importante no jactarse de iniciativas y acciones ajenas.

Si fue idea de Contrahegemonía la creación de comisiones de funcionamiento del centro. De hecho, contrapuso las mismas a las asambleas generales que existían en la facultad. Sería lamentable para Contrahegemonía tener que publicar las fotos de las tan elogiadas comisiones, no sólo porque se mostrarían las sillas vacías de estudiantes, sino porque además saldrían en primer plano los compañeros de las distintas fuerzas que integramos La Comuna, siempre presentes en mayor número que los del TREN. Sirva como confesión de parte reconocer que no hemos asistido a la comisión de la Huerta Orgánica, que según tenemos entendido es dirigida y conformada por una sola persona, que ni siquiera es de la facultad.

Se puede seguir un rato largo dando ejemplos de este tipo, aunque para muestra son suficientes. Encubrir la realidad solo puede traer más problemas. Ya Milciades Peña, en sus debates con el peronismo, utilizaba esa ingeniosa fórmula del “como si” para polemizar con aquellos que planteaban sucesos que distaban grandemente de la realidad. Jugar al “como si” no sirve para frenar la ofensiva de la UES.

En mas de una ocasión planteamos que no dependía únicamente de la conducción del centro el nivel de movilización de los estudiantes. No vamos ahora a decir algo distinto, a pesar de que sería retrucar ahora esa idea de Contrahegemonía de que ellos eran la garantía de la participación de las masas. Es tan difícil para Contrahegemonía explicar la realidad que tuvo que inventarse otra donde la participación no respondiera a las interpelaciones políticas, sino solo a cuestiones de forma. Creando decenas de comisiones, abriendo una página web, construyendo un techo en el estacionamiento (recuperado por Oktubre, dicho sea de paso), creyeron que solucionaban el problema de la participación, cuando en realidad lo agravaron.

Para abrir debates e incentivar la participación es necesario sentar posiciones, algo a lo que Contrahegemonia le ha escapado de manera tajante. Esa sí es responsabilidad de la conducción de un centro de estudiantes, que está obligado a fijar posiciones con respecto a los diferentes acontecimientos políticos y denunciar las cuestiones que no comparte. ¿Alguien sabe por ejemplo qué piensan de la nueva Ley de medios? ¿Y de la participación de nuestra facultad en el Consejo Académico “normalizador” del INDEC?

La falta de definiciones políticas no solo facilitó a UES regresar por el centro, sino que acercó a Contrahegemonía a la gestión de la facultad. Mientras el año pasado se esforzaban por negar sus vínculos con la gestión de Sociología, hoy apoyan abiertamente a los candidatos de la lista que tiene como uno de los principales referentes al Secretario Académico del decano Schuster. Contrahegemonía avanzó tanto en sus acuerdos con una de las listas de la gestión que armó una lista paralela a la del TREN para las juntas de carrera con los militantes del kirchnerista Partido Comunista, apoyando sin chistar cada una de los candidatos a director propuestos por la gestión de Sociología.

El TREN se convirtió, en 9 meses, en un mero acuerdo electoral y oportunista entre dos listas que ya han montado sus proyectos individuales para después de las elecciones. Esta estafa es tan así, que Contrahegemonía le ha puesto por nombre a su lista de Consejeros Estudiantiles la Juntada, el mismo nombre que ya tienen en Filosofía, donde ya rompieron por los motivos señalados con la lista de Prisma, quien se negó a conformar un frente con los kirchneristas del PC y cerrar listas con los candidatos de la gestión.

Contrahegemonía es diferente a la UES, y por este motivo nosotros siempre le exigimos que se sumara a construir junto a las agrupaciones independientes y de izquierda de la universidad, una alternativa independiente de las gestiones y el gobierno nacional. Del mismo modo que lo hicieron en su momento en el congreso de la FUBA, rechazaron este camino por uno que en los hechos los llevó a terminar con el PC y una parte de la gestión.

Objetivamente la división del TREN y su política le abrió las puertas al kirchnerismo y a la Franja Morada (el frente UES-Alternativa Académica) de quedarse con el Centro. Es esta la principal razón por la que hemos construido La COMUNA, un frente integrado por 6 fuerzas políticas que en las últimas elecciones sumamos conjuntamente casi un tercio de los votos de la facultad, con el objetivo de defender un centro independiente de las autoridades universitarias y del gobierno nacional. Para frenar a la UES hay que bajarse de un TREN que no llegará entero a la próxima estación.



Partido Obrero

LA COMUNA

La –falta de- CoHerencia política en estas elecciones

Frente a estas elecciones las agrupaciones estudiantiles han decidido apelar a la “rosca” y las negociaciones de café en lugar de ofrecer un debate político y académico franco que surja como resultado de un balance que cada una haga de los 8 años de una gestión de sociales que a nuestro entender ha tenido un desarrollo deplorable y que ya ha conseguido sucesor.

Es justamente la falta de este debate la que abre el camino para el retorno de la UES al Centro de Estudiantes. Luego de 4 años de boicot a la organización estudiantil, y de intentar engañar a los estudiantes de los primeros años –que seguramente desconozcan su historia- con bonitos discursos “independientes”, tachos de basura de colores y cartillas de descuentos varias. Esta agrupación formada por el duhaldismo bonaerense se juega a ganar el Centro de la mano de las camarillas que dirigen la universidad. Por este motivo, sellaron un pacto con: 1) los radicales que dirigen la UBA, representados en Alternativa Académica dentro de las agrupaciones estudiantiles de sociales, y 2) con los representantes de Alterini (el funcionario de la dictadura militar que pretendió ser rector de la UBA en 2006) de la Facultad de Derecho que aquí se llaman Alfredo Bravo. Sin vueltas, un verdadero rejunte de punteros y funcionarios al servicio de aquellos que vienen hacer negociados con la educación pública.

Si estos sujetos vienen ahora es porque especulan con la posibilidad de ganar. Y esto sólo se ha vuelto posible gracias al empujoncito del TREN, responsable de la falta de posicionamientos del CECSo en los debates y de la ausencia de una postura firme contra estos sectores que se ve en sus consensos cómplices con los aliados de las camarillas.

A tal punto esto es así, que la experiencia del TREN no soportó ni siquiera un año de viaje. La agrupación Prisma rompió su frente con la Mella (Contrahegemonía) en la facultad de Filosofía denunciándolos por negociar con los kirchneristas del Partido Comunista (El Andamio). Acá, producto de los cargos, la pelea entre ellos “sólo” llegó a que se presenten separados en las carreras. Será cuestión de que pasen las elecciones para tener que ir a buscar al TREN en algún archivo. El motivo es el mismo, Contrahegemonía-La Mella optó una vez más por apoyar una de las listas de la gestión. Su verso de enredarse buscando entre los “un poco menos malos” y los “un poco más malos”, terminó en un frente con los schusteristas en Ciencia Política. No se puede ser “independientes” en el CECSo y votar a la gestión en las carreras: mas o menos en una sede, un poco más en otra y de lleno en la tercera. Es sencillo: o se tiene un proyecto en serio para la facultad o se tienen armados electorales: es decir, no se lo tiene.

Nosotros optamos por la COHERENCIA. Un frente independiente de las autoridades y del gobierno nacional para transformar la facultad, las carreras y recuperar el Centro de Estudiantes. LA COMUNA representará en las próximas elecciones un gran bloque político de docentes, graduados y estudiantes con un mismo proyecto integral para Sociales.

UJS PARTIDO OBRERO en

LA COMUNA

10/9/09

agite elecciones 2009

LA COMUNA EN LAS ELECCIONES DE SOCIALES


Desde el 14 AL 18 de septiembre
"La Comuna"
en las Elecciones de Sociales


Después de 8 años de fracasos, llegamos al fin de la gestión de Schuster. El discurso progresista que levantaron todos los que pasaron por algún cargo en la gestión de Sociales se cae a pedazos. Nuestra facultad está cada vez más en peores condiciones: se adaptó a la miseria presupuestaria impulsada por el gobierno nacional; a la vez que puso a la facultad al servicio de distintas iniciativas de los K. Por ejemplo, la defensa de la intervención del IndeK (reclamado por el FMI), el observatorio de medios, y la nueva ley de medios. Frente a su fracaso, la gestión se divide en un sector ultra K (¡justo ahora que vuelve a pactar con el FMI!) y otros que siguen planteando que desde el progresismo van a poder transformar nuestra facultad. ¿La paradoja? Ambos sectores integraron la gestión de Schuster durante los 8 años de gobierno en sociales. ¡Y la reivindican! Las agrupaciones estudiantiles ligadas al gobierno y a la gestión (UES, Cullen) van a las elecciones nuevamente con la intención de poner a la facultad al servicio de la política del gobierno nacional. Frente a las listas de Schuster, las autoridades universitarias y sus agrupaciones estudiantiles, planteamos la necesidad de conformar un bloque político que pueda construir una alternativa para sacar a la facultad de la crisis en la cual se encuentra: sin edificio único, sin el presupuesto necesario, con cientos de docentes trabajando gratis, con condiciones pésimas de cursada y de trabajo, con una ciencia social mutilada por sus ligazones políticas con las clases dominantes. Para dar esta batalla, formamos LA COMUNA. El contexto de estas elecciones La crisis del gobierno es la manifestación del agotamiento del “modelo K”, que al igual que la oposición se propone descargar la crisis sobre las espaldas de los trabajadores y los estudiantes. Por eso están preparando nuevos ajustes y tarifazos de la mano de la vuelta al FMI. Dejan pasar miles de despidos con la complicidad de las burocracias de la CGT y la CTA, congelan los salarios, dando migajas para el presupuesto educativo y de salud. Contra estos planes están luchando los trabajadores del subte, los ferroviarios, los trabajadores de Zanón que conquistaron la expropiación de la fábrica luego de 9 años de lucha y control obrero, o los trabajadores de Terrabusi que resisten la embestida de la patronal yankee que quiere hacer pasar más de 160 despidos. Sociales Estos ajustes ya están golpeando al presupuesto educativo, acrecentando la decadencia de la educación pública, a la vez que se avanza en la ligazón de la universidad a los intereses capitalistas por medio de convenios y pasantías. Por eso desde la izquierda nos planteamos llevar adelante un bloque unificado que pueda presentar una alternativa para el conjunto de la facultad, dando la batalla en las elecciones para centro de estudiantes, juntas de carrera, consejo directivo y directores de carrera. Entendiendo que para transformar nuestra facultad y nuestras carreras, la independencia política tiene que ser nuestra principal bandera. Llevaremos como candidatos a directores a Carlos Mangone en Comunicación, “Chipi” Castillo en Sociología y Néstor Lavergne en Ciencia Política, y listas para consejeros directivos y juntas. Pero las autoridades están atornilladas. El método de elección permite que se mantenga una minoría de profesores al frente del cogobierno. Frente a eso resulta necesario avanzar en la democratizació n y lograr en los órganos de cogobierno la mayoría estudiantil, el claustro único docente y voz y voto para los no docentes, a la vez que enfrentar el voto ponderado en las elecciones de directores, para que no ocurra que, como sucedió en la elección de hace dos años, en dos de las cinco carreras de la Facultad resulten electos como directores los que menos votos absolutos recibieron. La Comuna también se presenta como frente para Centro de Estudiantes, luchando por recuperar la historia de nuestro movimiento estudiantil. Un centro que intervenga políticamente, que funcione en base a asambleas y que tenga independencia política del gobierno, la oposición y de las distintas patas de la gestión. Estos son los desafíos que tiene planteado el movimiento estudiantil de nuestra facultad. Para derrotar a la UES, llegó La Comuna Este año luego de fracasar en su intento de centro paralelo (OGES), la UES quiere ir por el Centro, para incorporarlo a la gestión de la facultad. No es casualidad que la vuelta de la UES se produzca luego de un año de El Tren al frente del CECSo. Las “nuevas prácticas” que prometieron resultaron ser las de una conducción que puso sus expectativas en el diálogo con la gestión y no en la organización democrática y la lucha de los estudiantes, paralizando al centro. Este año fue un gran retroceso en la participación estudiantil, luego de las grandes asambleas, movilizaciones y tomas del año pasado. Esta situación es la que permite que las camarillas y la UES quieran pasar a la ofensiva: van por la facultad y por el centro. El Centro desmovilizado que ha construido El Tren es impotente para frenar este avance, y su división interna los llevó a presentar listas separadas en la elección obligatoria de las carreras. Para las grandes tareas que enfrentamos la única alternativa es ponernos de pie retomando los caminos de lucha, con instancias abiertas y democráticas como las asambleas, los cuerpos de delegados por curso y las comisiones. Serían importantes pasos en la organización y participación estudiantil, junto con avanzar en democratizar los espacios de apuntes del centro de estudiantes con comités ejecutivos-administ rativos y comisiones revisoras de cuentas abiertas a todos/as los/as estudiantes, discutiendo cada paso en las asambleas, en el camino de la pelea de fondo para que sea el Estado el que se haga cargo de los espacios de apuntes, bares y fotocopiadoras, otorgando becas y precios al costo. Por eso vamos con La Comuna para derrotar a la UES y las camarillas, y convocamos a todos los estudiantes independientes y activistas a debatir ante estas elecciones cómo transformamos la universidad al servicio de los trabajadores y el pueblo, barriendo con este régimen antidemocrático y construyendo organizaciones del movimiento estudiantil democráticas, participativas y de lucha junto a los trabajadores para los grandes objetivos que nos plantea la crisis capitalista.


VIERNES 11/09
21 hs: Gran plenario abierto de La Comuna
23 hs: Festival con Las Manos de Filippi, Aztecas Tupro y banda sorpresa!



5/9/09

¡ABAJO LA REPRESIÓN DEL GOBIERNO DE MACRI!

Desde que el Macrismo impulsó la ley de seguridad pública (Nueva policía porteña), desde la Unión de Juventudes por el socialismo, sabíamos que se trataba de una medida que apuntaba a reforzar un aparato represivo que mata a un joven cada cuarenta horas en su mayoría menores de 25 años y pobres (correpi). Que los reclutas fueran gente de la escuela de la Bonaerense, la Federal, gendarmería, etc indicaban directamente que no es un proyecto que se cuestione la seguridad y un progreso de la sociedad, si no mas bien, lo contrario. Pero el Macrismo no tuvo el menor disimulo en expresar su intención de conformar una policía “echa y derecha”, que se haga respetar y que sirva para reprimir a los piqueteros (Clarín, 29 de Julio).

Que altos porcentajes de las victimas del gatillo fácil sean jóvenes, naturalmente nos hace reflexionar ya que este mismo estado a través de los partidos del Oficialismo y la oposición, mas los medio de comunicación fueron en estos últimos tiempos los que señalaron a la juventud mas golpeada, como el foco del problema de la inseguridad. La baja de imputabilidad y la condena a perder la vida dentro de una cárcel para un pibe de 14 años nos alarma ya que abiertamente buscan disciplinar y encerrar al futuro de este país que viene siendo condenado por la falta de perspectivas educativas, laborales y sociales. Para la juventud no hay salida con estos políticos.

Pero desde la Unión de Juventudes por el socialismo, creemos que nada es casualidad. Siempre será la juventud el sector más dinámico, más crítico y más firme dentro de la sociedad. Nos formamos para el mañana, pensamos en el mañana y cuestionamos el orden establecido que hoy por hoy nos toca vivir. Reclamamos, nos organizamos y nos movilizamos por nuestra educación, por nuestra salud, por nuestro trabajo y nuestra cultura. Disciplinar a la juventud y señalarla como peligrosaza, no solo oculta la raíz de los problemas, si no que deja sentada las bases de las políticas sociales que en el marco de una crisis económica que nos toca a todos, piensa llevar adelante el Gobierno. Prohibir despidos, asegurar salarios que contengan la canasta básica alimentaria no son medidas en las que estén pensando. El dinero se lo están llevando otra vez a través de los bancos extranjeros y desde la Legislatura donde Kirchneristas y Opositores han votado de conjunto se han dispuesto ha crear una nueva fuerza policial.

El tenebroso Comisario selecto para dirigir esta policía porteña, “Fino” Palacios ya cayo, producto de una gran campaña de concientización que contó con la juventud del Partido Obrero de la UBA y de los barrios (UJS) militándola con fuerza. Pero el proyecto sigue en pie y nuestra inseguridad también. Como Juventud debemos organizarnos por nuestros derechos, por nuestras libertades y no permitir nunca más que nos amedrenten, que nos disciplinen o que directamente nos encierren o nos desaparezcan como a los miles de Luciano Arruga. Si el presente es lucha, el futuro es nuestro! (Ernesto Che Guevara).

-Aparición con vida de Luciano Arruga!
-Fuera la policía de Macri y la patota de la UCEP!

¡DEFENDAMOS A LOS PASANTES!


El régimen de pasantías de Sociales está controlado por la Secretaría de Cultura y Extensión Universitaria, a cargo de Javier Bráncoli, histórico funcionario de la gestión y referente de La Cullen. Se trata de una de las mayores “cajas” de la Facultad, ya que por cada uno de los estudiantes que trabaja como pasante, ésta se queda con un porcentaje del sueldo que ellos cobran.
En los últimos tiempos, la gestión ha salido a elogiar de la nueva ley de pasantías aprobada en diciembre de 2008, que habría puesto fin al régimen de trabajo precarizado característico de las pasantías vigentes hasta el momento. La nueva ley representó un avance en los contratos de este tipo, puesto que generó un marco jurídico de protección a los pasantes y mejoró sus condiciones laborales.
Pero la gestión se olvida de mencionar tres cuestiones fundamentales. En primer lugar, que durante todo el período anterior a la nueva ley, ella fue cómplice del régimen de trabajo precarizado sufrido por los pasantes. En segundo lugar, ella no dice que la nueva ley no se está aplicando efectivamente, sino que en los hechos continúa el régimen de superexplotación anterior. Finalmente, la gestión hace la “vista gorda” al hecho de que, en medio de la crisis actual, las patronales están utilizando como excusa su imposibilidad de atenerse a las condiciones que establece la nueva ley, para despedir o no renovar los contratos de los pasantes.
Por todo esto, en lugar de hacer alabanzas de la nueva ley, la gestión debería estar impulsando la defensa de los pasantes de Sociales, los cuales continúan padeciendo las mismas condiciones de siempre o directamente se están quedando afuera de los lugares de trabajo.


- ¡Impulsemos una lucha en defensa de los pasantes!
- ¡No a los despidos! ¡Basta de trabajo precarizado!
- ¡Aplicación efectiva de la nueva ley de pasantías!
- ¡Por pasantías verdaderamente formativas!

2/9/09

Editorial: En Trabajo Social… ¡Es hora de cambiar!



Las elecciones que se desarrollarán del 14 al 18 de septiembre en la UBA, donde los estudiantes elegiremos, por un lado, directores de carrera y consejeros directivos y de carrera y, por otro lado, a la nueva conducción del CECSo, nos plantean un enorme desafío.
Actualmente, y desde hace 15 largos años, la carrera de Trabajo Social está dirigida por la agrupación Lucía Cullen, la que tiene un poder cuasi monopólico en los claustros de profesores y graduados.
De un modo similar a la actual gestión de la Facultad, y como parte integrante de ella, La Cullen se ha alineado completamente con el gobierno de los Kirchner, al punto tal de que el año pasado, en el marco del “conflicto con el campo”, la dirección de la carrera cerró sus puertas y llamó a los docentes a levantar las clases para ir a engordarle el acto en Plaza de Mayo al gobierno K.
Esto no es un dato menor, porque el gobierno ha llevado adelante una política abiertamente anti-educativa marcada por la asfixia presupuestaria y el avance de la privatización. Este mismo gobierno que, tras la derrota del 28 se junio, se está haciendo cargo del programa de la oposición derechista, haciendo que los costos de la crisis capitalista recaigan más violentamente sobre el pueblo trabajador con despidos, congelamiento salarial y ahora… el “ajuste”, tal como lo reclama el FMI.
A pesar de estas medidas tan poco “nacionales y populares”, el gobierno ha contado con un apoyo incondicional de La Cullen y de su fiel aliada, la agrupación estudiantil UES. No es casual que la carrera de Trabajo Social no haya salido a tomar posición sobre las terribles consecuencias sociales que está teniendo la crisis ¿Pero es que acaso los trabajadores sociales no tenemos nada que decir?... ¡Por supuesto que si!... Y entonces, ¿por qué no lo hacemos?... Por una simple razón: porque, en consonancia con su apoyo al gobierno, La Cullen y la UES funcionan como correa de transmisión de sus políticas y defienden la orientación social capitalista que éste quiere imprimirle a la universidad.
Las próximas elecciones son una excelente oportunidad para pelear por una transformación profunda de nuestra carrera. Ellas deben ser una instancia que nos permita entablar un debate político en torno a proyectos para Trabajo Social (así como para la Facultad y para la UBA en su conjunto), y no quedar reducidas a una mera discusión de candidatos. Y como toda discusión acerca del futuro parte de un presente, debemos exigirle a La Cullen que haga un balance de sus años de gestión que, para los estudiantes y docentes de TS, han concluido en un verdadero fracaso.
En los últimos años, los estudiantes de TS venimos desarrollando una fenomenal experiencia de lucha que tuvo su punto cúlmine el año pasado. En esa ocasión, aprendimos la importancia que tienen el debate colectivo y la organización para llevar adelante nuestros reclamos y, mediante distintas formas de lucha, dimos una gran pelea por el edificio único y por el presupuesto.
En estas elecciones también tenemos una batalla para dar. Para poder avanzar realmente en nuestras reivindicaciones y construir una carrera crítica y al servicio de los intereses y necesidades del pueblo trabajador que en este momento está siendo profundamente atacado, debemos luchar para cambiar la orientación social que actualmente tiene nuestra carrera. Por eso, desde la Unión de Juventudes por el Socialismo llamamos a conformar un bloque de izquierda, independiente del gobierno y de la gestión, que se ponga a la cabeza de esta lucha.

La pobreza, una cuestión política explosiva



No hacían falta las homilías del Papa para que el “escándalo” de la pobreza estallara en la Argentina. Todos ellos reducen la pobreza a la marginalidad social o, como se suele decir, a los “excluídos”. Así, el empobrecimiento de las masas no sería la consecuencia de la explotación capitalista sino de ‘políticas públicas’ inadecuadas. Pretenden, de este modo, que la asistencia estatal se haga cargo de los pobres, mientras el capital aprovecha esa misma pobreza (competencia por un puesto de trabajo) para llevar los salarios a los niveles de subsistencia e incrementar su tasa de beneficio. La financiación de la asistencia social pedida para los pobres quedará a cargo de los propios pobres, que son los que bancan el impuesto más recaudado por el fisco: el IVA. No es casual que el salario mínimo de los trabajadores registrados haya sido llevado, para febrero próximo, a 1500 pesos, cien pesos menos que el índice de pobreza (solo un poco más arriba está el básico de un peón metalúrgico). Si el 40% de los trabajadores argentinos está en negro; si, al mismo tiempo, el salario medio de estos últimos es el 50% de los que están en blanco, o sea unos 1300 pesos; si, finalmente, la “línea de pobreza” está en los 1600 pesos, entonces la conclusión es que más del 40% de los obreros argentinos que debe mantener un hogar con dos menores y cónyuge se encuentra por debajo de la ‘línea’ (no hablemos de los obreros que deben hacerse cargo de padres con jubilaciones de miseria). La pauperización no es un fenómeno marginal que deba imputarse a la deficiencia de la fuerza de trabajo, sino estructural, que tiene que ver con las tendencias fundamentales de la explotación capitalista.

La pobreza y el “modelo productivo”

A semejante desastre social se llegó después de más de treinta años de liquidación sistemática de conquistas obreras. Desde el “rodrigazo” hasta hoy --y a través de las sucesivas devaluaciones, reformas laborales, liquidación de convenios y “sumas fijas”-- la burguesía se ha encargado de degradar el valor de la fuerza de trabajo. Cada crisis capitalista clavó a la condición obrera en un punto más bajo que la crisis anterior. Esa demolición resultó feroz bajo el “modelo productivo” kirchnerista: según la UCA, el costo laboral actual (salario más cargas previsionales a cargo de la patronal) es hoy un 12% inferior al de hace una década atrás; o sea, cuando reinaban Menem y Cavallo. La precarización y miseria salarial de los trabajadores argentinos ha sido esencial a la ‘competitividad’ que buscó promover el régimen de los K -- bajo el rubro ‘reconstruir a la burguesía nacional’. Desde el 2002 hasta hoy, y de Moyano para abajo, toda la burocracia sindical defendió la política de “la creación de empleo a como dé lugar”, justificando el trabajo en negro y la flexibilidad laboral. La AFIP kirchnerista, que se jacta de haber reducido la evasión impositiva, nunca pudo bajar las cifras del trabajo en negro por debajo del 40%. En la década “nacional y popular”, alcanzó su auge la industria de confecciones textiles fundada en el trabajo semiesclavo ¡nada menos que en la Capital Federal!

Salario y pobreza

Los estadísticos, economistas y en especial, los políticos bendicen a la línea de la pobreza como el ‘piso’ de la ‘ciudadanía’. Suman para ellos una cantidad de proteínas y calorías, más el transporte. La condición ‘ciudadana’ se equipara así a la esclavitud y a la miseria social. Ha desaparecido, incluso del horizonte estadístico, el costo de la canasta familiar, o sea, la manutención material y moral de la familia obrera, en las condiciones de civilización presentes, incluyendo su derecho a la vivienda, a la información o la recreación. Según la CTA, esa canasta sería hoy de 4000 pesos --lo cual supone, para un matrimonio con dos niños, que cada cónyuge reciba un ingreso mínimo neto de 2000 pesos (pleno empleo). A la luz de esto, el salario mínimo ciudadano debería ser, exactamente, esa suma, dos mil pesos-- pues contemplaría a los miembros del matrimonio que se encuentren sin trabajo.

Una cuestión política explosiva

Si la pobreza está separada de la explotación social, entonces debe ocuparse de ella la asistencia estatal; esta es la receta (teórica) de los gobiernos y partidos capitalistas. En lugar de derechos sociales (derecho al trabajo, salario mínimo igual al costo de la canasta familiar, seguro al parado, 82% móvil, una adecuada asignación familiar), el Estado implanta el ‘derecho’ a la caridad. Cuando esa asistencia fue aplicada en 2002, por la acción del movimiento piquetero, fue repudiada por la burguesía --en especial la rural, porque, decía, privaba de mano de obra al campo. La “política social” del Estado es invocada para atender (mal) la sola subsistencia o manutención alimentaria. Desde Carrió a Solanas existe unanimidad en el reclamo la “asistencia universal por hijo”, techo de 200 pesos, como si esto siquiera remediara la miseria existente, cuya indexación mensual ninguno de sus partidarios menciona. Se propugna este remedio universal (papal), mientras todos los días son cesanteados los padres de esos niños universalizados. De todos modos, la mayoría de los partidarios de la “asistencia universal” advierte contra toda tentativa de repudiar la deuda pública o cualquier medida que pudiera afectar la ‘confianza’ de los ‘inversores’--porque dicen que esto agravaría la pobreza. Pero la pobreza se ha agravado en medio de la bancarrota capitalista, la cual plantea, como primera obligación del sistema, no el rescate de los pobres, sino del capital. Es así que los jubilados (la Anses) están financiando a Peugeot y compañía o al Banco Hipotecario, o al pago de los Boden 2012. Es aquí donde la cuestión de la pobreza adquiere su dimensión política explosiva, pues se ha agravado en momentos en que los capitalistas reclaman a su gobierno y a sus partidos “el retorno a los mercados internacionales”, o sea mayores tarifazos, cesantías, rebajas del salario real y caída de atención de la salud y de la educación.

Con 13 millones de argentinos por debajo de la línea de pobreza: ¿quién se anima a aplicar los planes para devolver la confianza al capital y regresar los capitales que se fugaron en los últimos años? El problema político explosivo es que el programa del capitalismo en bancarrota --y el de su gobierno y políticos opositores-- es una suerte de chispa para una mecha muy corta instalada en el polvorín que es la sociedad argentina.

Planteamos:

1-Salario igual a la canasta familiar, hoy en 3700$. 2-Jubilación equivalente al 82% móvil de la canasta familiar. 3-Prohibir las suspensiones y despidos. 4-Plan de obras públicas con salarios y convenio, para cubrir las necesidades sociales de vivienda e infraestructura, y terminar con la desocupación. 5-Ningún tarifazo, nacionalización de los monopolios energéticos bajo control obrero.

Marcelo Ramal